Ilustraciones de Valeria Docampo SM, El Barco de Vapor Azul, 2008, 48 p. Buenos Aires, Argentina A partir de 7 años |
Nicanor y su mamá,
Ofelia, deben partir de San Pedro en un
tren que los llevará a la ciudad donde los espera su padre, que tiempo antes había
tenido que abandonar el pueblo en busca de trabajo. Durante la noche, para
aliviar la pena que le provoca dejar su hogar, Nicanor se pone a recorrer el
tren mientras su mamá y la mayoría de los pasajeros duermen. Al llegar hasta la
locomotora es atajado por el guarda,
que comprende el conflicto del niño y le habla del paso del tiempo, única cura para el dolor. “Pero no te
preocupes (…). Las personas como ustedes suelen volver de visita (...). Al viaje siguiente ya no quieren cargar con
los campos (…). Y así, un buen día, solamente llevan un poco de ropa en sus
valijas” (Bodoc 2008: 29). Nicanor sabe que a él no le ocurrirá tal cosa, que el
guarda se equivoca a pesar de su buena intención. Convertido ya en un anciano,
continuará realizando con su nieto el viaje de ida y vuelta de San Pedro a la
ciudad. “Es que Nicanor siempre se llevó consigo el pueblo entero. Con río,
campos, amaneceres. Con cielo y todo” (Bodoc 2008: 45).
A pesar de no ser un álbum ilustrado, en esta hermosa novela ficcional verosímil las ilustraciones de Valeria Docampo complementan la historia y amplían la información. La poesía del texto juega con descripciones magistrales de estados de ánimo y de paisajes, para hablarnos del desarraigo del que tiene que abandonar sus raíces por falta de perspectivas en su tierra. Nos habla de la migración que provoca la pobreza y la marginalidad; del abandono de pueblos, de países, de costumbres. Nos habla del desarrollo económico desigual que afecta a buena parte del planeta. “Un pueblo de ciento diez años cansado de pelear contra la dentadura de la gran ciudad, que le comía las orillas (…). Entonces, sus hombres y sus mujeres tuvieron que partir a buscar suerte en otros sitios” (Bodoc 2008: 11). Qué mejor que un libro como éste, de una gran escritora que sabe cómo usar la palabra, para comenzar a abordar como mediadores un tema tan importante: una situación vivencial a la que cualquiera podría estar expuesto.
A pesar de no ser un álbum ilustrado, en esta hermosa novela ficcional verosímil las ilustraciones de Valeria Docampo complementan la historia y amplían la información. La poesía del texto juega con descripciones magistrales de estados de ánimo y de paisajes, para hablarnos del desarraigo del que tiene que abandonar sus raíces por falta de perspectivas en su tierra. Nos habla de la migración que provoca la pobreza y la marginalidad; del abandono de pueblos, de países, de costumbres. Nos habla del desarrollo económico desigual que afecta a buena parte del planeta. “Un pueblo de ciento diez años cansado de pelear contra la dentadura de la gran ciudad, que le comía las orillas (…). Entonces, sus hombres y sus mujeres tuvieron que partir a buscar suerte en otros sitios” (Bodoc 2008: 11). Qué mejor que un libro como éste, de una gran escritora que sabe cómo usar la palabra, para comenzar a abordar como mediadores un tema tan importante: una situación vivencial a la que cualquiera podría estar expuesto.
© Carolina Meneses Columbié
Bibliografía
Bodoc, L. (2008). Cuando San Pedro viajó en tren. Buenos Aires: SM.